Puede que el sistema sanitario actual no sea perfecto, pero créenos si te decimos que es mejor que antes. Hemos avanzado mucho, y esta lista de viejos remedios y "curas" lo demuestran. Así que hagamos un recorrido a través de la historia y veamos algunas de las técnicas médicas más fascinantes —y aterradoras— del pasado. Te garantizamos que te sentirás aliviado de vivir en el mundo en estos tiempos.
Dispositivo de estiramiento para mejorar la apariencia
La década del 30 resultó ser un período difícil, en gran parte a causa de los conflictos armados. Sin embargo, antes de que se declarara la guerra en 1939, era evidente que los hombres tenían problemas de estatura —o de falta de ella— y algunos decidieron tomar medidas drásticas. Se afirmaba que este extraño dispositivo lograba aumentar la altura en unos increíbles 5 a 6 centímetros, alargando la columna vertebral.
Sin embargo, es una práctica que puede lastimar la médula espinal o causar que el hombro o la rodilla se salgan de su sitio, así que esto no es nada recomendable.
Lobotomías en los Estados Unidos de mediados de siglo
Uno de los tratamientos médicos que los que vivimos en esta época estamos felices de que ya no se realice, es la lobotomía. Consistía en cortar las conexiones del lóbulo prefrontal del cerebro con el objetivo de cambiar el comportamiento. Entre 1939 y 1951 se practicó más de 18.000 veces en los Estados Unidos a veteranos, presos, disidentes políticos e incluso a niños que se portaban mal. Aun en aquella época, este procedimiento se consideraba controvertido. No es difícil entender por qué.
Posiblemente, el aspecto más aterrador de la lobotomía era que a menudo era forzada a los pacientes. Cualquiera que se revelara al statu quo establecido se consideraba mentalmente enfermo y, por lo tanto, necesitaba el procedimiento.
Una forma asquerosa de aliviar la resaca
Al parecer, el té de caca de conejo se utilizaba para curar la resaca. No estamos seguros de creerlo. Sin embargo, la leyenda dice que en el lejano oeste, un remedio popular era una taza de esta bebida. ¿Por qué? Entendemos que a veces la resaca hace que la gente "se sienta como una bosta", pero beber esto no es la solución.
Tal vez no se trate tanto de una cura para la resaca como de una manera segura de hacer que tu cuerpo elimine rápidamente el alcohol que queda en tu organismo.
Tratamiento de la tiña
El autor Dr. Thomas Jefferson Ritter ofreció algunas de las curas más curiosas en su libro “Los remedios de la madre”, incluyendo el tratamiento para la tiña. Cualquiera que haya sufrido esta enfermedad sabe lo irritante y fea que puede ser la infección por hongos y probablemente se curó de ella con una loción tópica o un tratamiento de antibióticos. Sin embargo, en la época de Ritter, este sugirió que se aplicara una pasta hecha de pólvora y vinagre en la zona infectada.
Este médico recomendaba, si no funcionaba la primera vez que se aplicaba, que el paciente repitiera el proceso hasta que la tiña desapareciera. Suponemos que la gente gastó mucha pólvora y vinagre para que esto funcionara.
La extraña moda victoriana de posar con los muertos
Las personas que vivían en la época victoriana posaban para las fotos de la muerte. También conocidas como “memento mori”, que se traduce como "recordar que has muerto", estas extrañas imágenes eran en esencia retratos familiares tomados con el recién fallecido. Por lo general, se hacía que el cadáver pareciera estar durmiendo plácidamente —sobre todo cuando eran niños— aunque, en algunos casos, un artista pintaba las pupilas en los ojos del difunto para que lucieran vivos.
Esta extraña tendencia se parece más a una tradición cultural que a una decisión científica, por lo que nos preocupa que esta moda pueda volver algún día. ¡Esperemos que nos equivoquemos!
Un remedio anticuado para la piel seca
Las manos secas y agrietadas no son una condición particularmente mala, pero vivimos en tiempos en que existe una diversidad de cremas disponibles en las farmacias para hidratarlas. Sin embargo, a principios del siglo XX, cuando el Dr. Ritter publicó por primera vez su libro “Los remedios de la madre”, el acceso a productos hidratantes no era tan sencillo como un viaje rápido a la tienda.
El remedio de Ritter era un poco extraño, ya que sugería que los pacientes "untaran crema agria en un paño, lo enterraran al aire libre durante la noche, y se lo aplicaran al día siguiente".
Tratar el asma con cigarrillos
Sí, has oído bien. Con toda la información que tenemos hoy en día sobre los cigarrillos y el daño que causan a la garganta y los pulmones, es sorprendente saber que antes se los consideraban un remedio para el asma, entre otras cosas. Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX, se prescribieron cigarrillos especialmente fabricados para tratar esta enfermedad pulmonar. Estos cigarrillos contenían estramonio, belladona y tabaco, por lo que eran altamente tóxicos.
Para ser justos, no fue hasta hace unos años que se conoció el verdadero y devastador efecto de los cigarrillos. Tan solo 30 años atrás, muchas personas comenzaron a desarrollar cáncer de pulmón a causa del tabaquismo pasivo.
Un extraño tratamiento para las palpitaciones del corazón
El evangelista británico John Wesley se volvió conocido gracias a algunos de sus extravagantes remedios médicos. Bueno, quizá no tan extravagantes en su momento. Las palpitaciones del corazón son preocupantes y muchas veces caemos en un círculo vicioso, ya que el pánico que causan a menudo puede empeorarlas. El remedio de Wesley para este problema era sencillo: "beber medio litro de agua fría, aplicar por fuera un trapo mojado en vinagre y electrizarse".
Para ser justos con Wesley, beber medio litro de agua fría rara vez es una mala idea. ¿El trapo empapado en vinagre? No estamos muy seguros de eso. Puede que las palpitaciones no se curen, pero es probable que, como mínimo, calme la sed.
Dilatadores rectales para curar varios problemas de salud
A finales del siglo XIX hubo algunos tratamientos médicos interesantes, uno de los cuales fue la prescripción de dilatadores rectales para curar varias dolencias, desde la locura hasta el estreñimiento crónico. No estamos muy seguros de cuál era la justificación de este procedimiento, en particular en lo que respecta a las enfermedades mentales, pero bueno, ¡era el siglo XIX! Aunque este producto se vendía a través de los profesionales de la medicina, hubo una protesta por parte de la gente, preocupada por la posibilidad de que los objetos de goma se utilizarían por razones más sexuales.
Desgraciadamente, para el "Dr. Young", el sueño (¿o debería ser la fantasía?) terminó en 1940, cuando la Fiscalía de los Estados Unidos confiscó un cargamento de dilatadores rectales y acusó a la empresa de etiquetado engañoso.
Los antidepresivos originales
En este caso, retrocedimos mucho en el tiempo. ¡Siglos! El “Libro Rojo” de Hergest es un manuscrito galés de 1392 que contiene muchos remedios a base de hierbas, entre ellos una inusual recomendación para sentirse más feliz. Según el libro, "si quieres estar siempre alegre, come azafrán en la carne o en la bebida, y nunca estarás triste, pero ten cuidado con comer demasiado, no sea que mueras de excesiva alegría".
Es una sugerencia ligeramente agridulce, ya que no está claro qué se considera un consumo excesivo. ¿Hablamos de media cucharadita o de una bolsa entera de azafrán? Esperamos que nadie lo ponga a prueba.
Uso de nuez vómica para los dolores de cabeza
Cualquiera que esté familiarizado con el árbol de la estricnina increíblemente venenoso, también conocido como nuez vómica, se sorprenderá al saber que el Dr. Ritter lo recomendó en su revista médica de 1910 como cura para los dolores de cabeza. Sugirió mezclar una gota de tintura de este producto en una cucharadita de agua. No estamos seguros cuáles serían los efectos en la cabeza, ya que el árbol contiene estricnina y brucina, dos sustancias químicas tóxicas.
Es preocupante que se siga utilizando hoy en día como remedio natural para muchos síntomas y trastornos diferentes. También se emplea para matar ratas, así que dejaremos que seas quien juzgue si es un remedio adecuado.
Una peligrosa máquina expendedora de bronceado
A mediados de siglo, las máquinas expendedoras de bronceado empezaron a aparecer por todas partes, cerca de piscinas, pistas de tenis y playas. “Star Manufacturing” prometía a las mujeres una forma rápida y fácil de conseguir un bronceado sin la molestia de tomar sol durante horas. En teoría, parecía un producto muy interesante. Pero había serias preocupaciones de seguridad, ya que nadie sabía qué contenía la sustancia del bronceado en spray.
El nuevo producto de “Star Manufacturing” acabó siendo una moda, que únicamente duró un par de años antes de desaparecer del mercado. Las mujeres de los años 50, al parecer, optaron por lo ya probado.
El uso del radio para una variedad de dolencias
Sorprendentemente, un elemento químico como el radio fue considerado en su día un tratamiento médico ampliamente aceptado y se utilizaba para curar una serie de dolencias, como la artritis, la impotencia e incluso el envejecimiento. Obviamente, no es que sea posible "curar" el envejecimiento en sí mismo. A principios del siglo XX, un elemento habitual en los hogares de todo Estados Unidos era una vasija de agua de cerámica recubierta de materiales radiactivos. La máquina estaba diseñada para ser llenada con agua durante la noche, que sería irradiada por el uranio y el radio del revestimiento, y luego consumida al día siguiente.
Hoy sabemos, por supuesto, que el radio no reduce el envejecimiento. De hecho, es probable que acelere el proceso, en el sentido de que podría llevarte a una tumba temprana.
Una sospechosa cura para la rabia
En el año 1700 en toda Europa azotaba el problema de la rabia, era una constante preocupación para los médicos. Desgraciadamente, para quien vivía en esa época y un perro rabioso lo mordía, las posibilidades de sobrevivir eran escasas. No fue hasta 1885, cuando Louis Pasteur y Émile Roux desarrollaron una vacuna, que la rabia quedó algo controlada. Décadas antes de este gran avance, fue el “Libro de la Enfermedad” el que dio esperanzas a los pacientes.
¿Funcionó este remedio del siglo XVIII? Es poco probable. Sugería "tomar 3 gramos de hepática molida y 1.5 gramos de pimienta en medio vaso de leche. Tomarlos por cuatro días seguidos por la mañana y luego tomar una ducha fría, cada dos días, por un mes".
Baño eléctrico utilizado para tratar el reumatismo
No es de extrañar que a principios del siglo XX las prácticas médicas algo cuestionables fueran rutinarias, incluyendo este extraño intento de tratamiento para el reumatismo. Por aquel entonces, los pioneros de la medicina pensaban que los problemas de las articulaciones podían tratarse con terapia de choque. Los técnicos sumergían las extremidades del paciente en tinas de agua y hacían pasar por ellas suaves corrientes eléctricas, con la esperanza de que esto aliviara las dolencias.
Más de 100 años después, sabemos que, si bien el tratamiento de choque suave todavía se sigue empleando para aliviar el dolor, ¡mezclar agua y electricidad es una idea peligrosa!
Imagina si todavía se utilizara esto contra la rinitis alérgica
¡Cómo han cambiado los tiempos! Hoy en día, si uno experimenta la aparición de la rinitis alérgica, tiende a dirigirse a la farmacia y comprar un paquete de pastillas antihistamínicas. Pero esto no ocurría a principios del siglo XX. Publicado en 1910, “Los remedios de la madre” del Dr. Thomas Jefferson Ritter recomendaba rociar la nariz con una "solución de cocaína al cuatro por ciento".
¡Es una sorpresa que toda la población no sufriera este tipo de alergia en aquellos tiempos! Extrañamente, también se prescribía para la indigestión, la fatiga, el dolor ocular y las hemorroides. ¡Qué medicina tan versátil!
Una cura dolorosa para las cataratas
Volvemos al siglo X, y concretamente al texto médico “Bald's Leechbook”, que recomienda poner flores de bígaro quemadas y miel en los ojos para tratar las cataratas. No somos expertos en medicina, pero ¿miel en los ojos? No parece una buena idea, la verdad, a no ser que el objetivo sea pegarlos. Por suerte, vivimos en una época en la que la cirugía es una opción para eliminar las cataratas que, de otro modo, no tienen cura.
Para ser justos con los que vivían en el siglo X, probablemente valía la pena probar estos remedios, ya que los avances médicos sustanciales se produjeron siglos después.
Los "biberones asesinos" victorianos
Durante la época victoriana, los corsés se pusieron de moda entre las mujeres. Estas prendas de vestir no solo son estrechas, sino que también requieren mucho tiempo para ponerlas y quitarlas, por lo que es posible que la lactancia materna no haya sido una prioridad. Esto podría estar bien para las madres, pero era una mala noticia para los hijos, que se alimentaban de biberones difíciles de limpiar y que podían albergar bacterias, lo que causó la muerte de varios niños.
Una vez que quedó claro lo dañinos que eran estos biberones, la gente empezó a referirse a ellos como "biberones asesinos". Pasaron de moda como lo hizo el corsé.
Otra desagradable cura para la resaca
La mayoría de los humanos disfruta de una copa o más de alcohol; por eso no es de extrañar que a lo largo de la historia se hayan sugerido más curas para la resaca de las que es posible contar. Siempre hemos querido disfrutar de los momentos de diversión sin tener que lidiar con las inevitables consecuencias del día siguiente. Todo el mundo teme al dolor de cabeza causado por la bebida. Hace miles de años, algunos intentaron combatirlo comiendo ojos de oveja en escabeche.
Esta interesante opción culinaria se consumía en el desayuno; es de suponer que si los ojos de oveja no ayudaban a absorber la resaca, al menos hacían vomitar. Curiosamente, esta tradición sigue vigente en algunos lugares.
Terapia de choque insulínico para los trastornos mentales
Uno de los métodos más horripilantes y arcaicos para tratar (o intentar hacerlo) las enfermedades mentales era la terapia de choque insulínico. Desarrollada en Austria en la década de 1920, se prescribían grandes dosis de insulina a un paciente para inducirlo a un estado de coma durante varios días. Por lo general, la terapia terminaba después de 60 sesiones, pero, sorprendentemente, hubo casos en los que el tratamiento continuó durante más de dos años.
Increíblemente, no fue hasta principios de los años 50 que los médicos británicos se opusieron al uso de esta terapia. En la década de 1970, el tratamiento dejó de realizarse en los Estados Unidos por considerar que no era útil para los trastornos mentales.
Cómo tratar los ojos hinchados con los ojos de un animal
Es comprensible que te escandalices si cuando recurres a tu médico por tener los ojos hinchados, este te sugiere ojos de cangrejo. Sin embargo, según "Bald's", un texto médico inglés antiguo probablemente compilado en el siglo IX, es lo que hay que hacer. Ahí plantea que "hay que atrapar un cangrejo vivo y sacarle los ojos, devolverlo al agua y aplicar sus ojos en el cuello de la persona que lo necesite".
Ahora bien, no estamos del todo seguros de por qué había que colocar los ojos del cangrejo en el cuello del paciente. ¿Probaron en diferentes partes del cuerpo? No hace falta decir que no funcionó.
Cinturones eléctricos como terapia
La terapia basada en la electricidad estaba de moda durante la Edad Dorada, y se creía que era una cura para una serie de males. La suave corriente eléctrica estimulaba la energía adicional dentro del cuerpo y beneficiaba a dos áreas deseables, en particular para los hombres: la calvicie masculina y la impotencia. Aplicadas con o sin la supervisión de un médico, se administraba para inducir en el usuario el resultado deseado.
Este tipo de terapia puede parecernos una locura. Sin embargo, en realidad era una mejora con respecto del remedio francés del siglo XIX: flagelación con un pequeño látigo directamente en la zona afectada. ¡Ouch!
Tratar las partes del cuerpo hinchadas con un diente de zorro
No estamos del todo seguros de cuál era la obsesión de Bald’s con la anatomía de los animales, pero le daba mucho valor médico. En este caso, el antiguo texto médico recomendaba un diente de zorro como cura para las partes del cuerpo hinchadas. Recomendaba que hay que "sacar uno de sus dientes, asegurarlo en la piel de un cervatillo, y luego colocar la piel en la parte del cuerpo hinchada". No está claro durante cuánto tiempo.
Lo increíble de este tratamiento implica la supuesta capacidad del paciente para obtener estos ingredientes. Intentar conseguir un diente de zorro es una cosa, pero ¿la piel de un cervatillo? ¡Buena suerte!
Hacer desaparecer los moretones con un polvo hecho de cuerpos humanos
Podemos decir sin temor a equivocarnos que este es el remedio más extraño de esta lista. En la Europa de los siglos XVI y XVII, el uso de cuerpos humanos en tratamientos se hizo extremadamente popular, desde dolores de cabeza hasta epilepsia. Esta tendencia no fue una buena noticia para las tumbas y cementerios de Egipto, que fueron asaltados en busca de restos humanos. ¿Tienes un moretón? No te preocupes, ¡usa un poco de cadáver!
Si no te apetece ponerte restos humanos, la recomendación alternativa era convertirlos en polvo e ingerirlos a través de una bebida. Parece una locura, pero se dice que lo utilizaron el rey francés Francisco I y el artista Francis Bacon.
Una cura no científica para el tifus
La gente de todo el mundo reza para curarse, así que no es tan extraño descubrir que la oración era un remedio recomendado antiguamente. En concreto, fue el tifus, la infección transmitida por piojos, pulgas o ácaros, el que tuvo un tratamiento de orientación religiosa en el siglo X. A los pacientes se les decía que salieran al exterior, escribieran una oración en un trozo de papel y se lo llevaran al pecho izquierdo.
Suponemos que ese lugar era importante debido al corazón, aunque no está claro por qué la oración escrita era relevante. A pesar de la fe, este tratamiento no pudo evitar los millones de muertes que causó está enfermedad.
La guía del caballero para la amputación
En 1743, el anatomista alemán Lorenz Heister escribió sus recomendaciones de tratamiento para los gangliones, que aparecen en las manos y las muñecas. Como era de esperar de un remedio del siglo XVIII, eran bastante descabellados e incluían atar una bala que había matado a un animal, nada menos, al quiste o tocarlo con la mano de un hombre muerto. ¿Cómo de muerto? No estamos seguros. ¿Mujer muerta? No, tenía que ser un hombre.
Otro remedio descabellado que recomendaba Heister era golpear el quiste con un libro pesado, como una Biblia, ¡por eso se le dice comúnmente el "quiste bíblico"! Hoy en día, es poco probable que tu médico te los prescriba.
Kit de sanguijuelas utilizado para el desangramiento
Está claro que los conocimientos médicos de la Edad Media no eran los del siglo XIX, ¡y mucho menos los de hoy! Por lo tanto, no debería sorprender saber que se practicaban algunos procedimientos médicos bastante cuestionables. Uno de ellos era el desangramiento mediante sanguijuelas. Sí, leíste bien. ¡Sanguijuelas! El pensamiento científico de la época era que el cuerpo necesitaba una liberación de sangre de vez en cuando.
La cura, en su mente, era sangrar a los pacientes. Las sanguijuelas se colocaban en la piel bajo estas copas, que también proporcionaban succión para ayudar a "sacar" la enfermedad directamente a través de la piel.
Heroína como jarabe para la tos
Puede parecer increíble, pero la heroína fue registrada por el fabricante de medicamentos alemán Bayer como remedio, jarabe para la tos. Al contener morfina diacetilada, la empresa alemana la comercializó como una opción más segura y eficaz que los que contenían morfina o codeína. Introdujo la heroína en el mercado en 1898 y, al igual que la morfina, se podía comprar sin receta médica.
La heroína como remedio no se retiró del mercado estadounidense hasta 1910, aunque seguía estando disponible con receta médica. Veinticuatro años más tarde, este opioide altamente adictivo se prohibió por completo en los Estados Unidos.
Cómo prevenir la embriaguez con picos de pájaro molidos
A lo largo de la historia ha habido algunos remedios muy peculiares, muchos de los cuales han dado miedo y otros fueron bastante divertidos. Este remedio entra en el segundo grupo. En la antigua Asiria, los picos de los pájaros se molían, se combinaban con mirra y se comían como método para evitar la borrachera. Sí, leíste bien. ¡Picos de pájaros! Seguro que muchas curas para la resaca suenan inusuales, pero no suelen implicar animales molidos.
¿Quizás este supuesto remedio era una forma de convencer a los antiguos asirios de que no bebieran mucho alcohol? Al fin y al cabo, lo pensarías dos veces antes de tomarte una cerveza de más si supieras que contiene el pico de un pájaro.
Una palabra mágica para curar la malaria
Este año con la vacuna se produjo un increíble avance en la lucha contra la malaria. Un momento clave en la historia de una enfermedad que todavía se cobra más de medio millón de vidas cada año. Sin embargo, la ciencia médica no siempre ha estado a la vanguardia. Se dice que un médico romano del siglo III recomendaba a los pacientes que escribieran la palabra "Abracadabra" una y otra vez, eliminando una letra cada vez.
Una vez que el paciente se quedaba con una sola "A" en la página, se le decía que la llevara colgada del cuello durante nueve días antes de arrojarla a un arroyo que corriera hacia el este. ¿El final de la historia? No, no funcionó.
Zanahorias hervidas para tratar el asma
Se puede decir que la Inglaterra del siglo XVIII no era precisamente la meca del pensamiento médico y científico, aunque si somos justos, ningún lugar del mundo lo era en aquella época. Aun así, el remedio recomendado para curar el asma por el evangelista británico John Wesley de una dieta quincenal de zanahorias, era bastante loco. Esta sugerencia fue propuesta por primera vez en el libro de medicina natural “Primitive physick, or an easy and natural method of curing most diseases”.
Si bien no hay relación entre una ración saludable de zanahorias hervidas y el alivio de las dolencias respiratorias, hay que decir que un mayor volumen de verduras en la dieta habría tenido al menos algunos beneficios positivos, aunque principalmente para los ojos.
Polvo de cabello y hueso de ciervo para curar la epilepsia
Otro libro de la misma época que sugería las zanahorias hervidas como cura del asma era también responsable de otro interesante tratamiento para los enfermos de epilepsia. El libro de “Physick” recomendaba cocinar el cabello de un hombre fuerte con el hueso de la pata de un ciervo, convertirlo en polvo y consumirlo en los días previos a la luna nueva. Durante mucho tiempo se debatió si la luna afectaba a la frecuencia de los ataques epilépticos.
Los estudios actuales sugieren que no existe ninguna correlación entre la plenitud de la luna y la frecuencia de los ataques epilépticos. Sin embargo, la proximidad de la luna llena parece ser el menor de los problemas de este extraño remedio.
Lanceta para pacientes que necesita el tratamiento de desangramiento
Hacer sangrar como práctica médica ha durado mucho tiempo. El procedimiento se remonta a la década de 1600, cuando lo realizaban los barberos, que hacían a veces de cirujanos. Dos siglos después, seguía considerándose una cura para los pacientes enfermos y una rutina preventiva, en gran parte porque los conocimientos de la época no ofrecían otras opciones a los profesionales médicos, que consideraban que debían hacer algo.
A lo largo de la historia se han utilizado diversos métodos de sangrado, como las sanguijuelas, las ventosas, la punción de las arterias y la apertura de las venas con una lanceta , como la que aparece en la imagen de arriba, de la década de 1820.
Un antiguo remedio con ternera cruda
A pesar de que era una civilización adelantada a su tiempo —solo hay que ver su arquitectura, por ejemplo—, los antiguos romanos tenían algunas ideas extravagantes en lo que respecta a las prácticas médicas. Uno de estos métodos era un intento de cura si una persona había sido mordida por un perro rabioso. Algunos médicos de la época recomendaban abrir la herida y colocar un trozo de carne de ternera cruda directamente encima.
A continuación, se prescribía al paciente una dieta de grasa de cerdo y cal, y un brebaje medicinal de vino y estiércol de tejón hervido. Obviamente, tener rabia es desagradable, pero esta "cura" no era agradable.
Jarabe calmante para aliviar los cólicos
El cólico se produce cuando un bebé sano llora por mucho tiempo, sin ninguna razón evidente, y es más común durante las primeras seis semanas de vida del niño. Los padres sabrán identificarse con la sensación de preocupación y frustración que produce lidiar con los cólicos —especialmente los primerizos— pero aún hoy no existe un tratamiento reconocido para esta afección. Sin embargo, a mediados del siglo XIX y principios del XX, con 25 centavos se podía conseguir un frasco de jarabe calmante de la señora Winslow.
Este "Jarabe Calmante" no solo se recomendaba para los cólicos, sino que también era un remedio para la dentición, la diarrea y diversos dolores. Funcionaba de maravilla. ¿Por qué? Porque contenía una gran cantidad de morfina.
Tratamiento de las hemorroides
Las hemorroides son venas hinchadas en el interior del recto inferior y pueden ir desde una irritación leve (y ligeramente embarazosa) hasta un problema importante que requiere cirugía. Según los registros históricos, las hemorroides han sido un problema para los seres humanos desde el año 1700 antes de Cristo, y a lo largo de los años se han intentado varios tratamientos con diferentes grados de éxito. Uno de los menos agradables consistía en que un médico introdujera una barra de hierro caliente en el recto.
La idea era que las hemorroides estaban congestionadas por la sangre, por lo que colocar la barra caliente contra ellas cauterizaría la zona y eliminaría el problema. ¿Suena doloroso? Lo era.
Trepanación para liberar espíritus malignos
Este tratamiento no es para quienes tienen problemas del corazón, y menos mal que se abandonó hace tiempo. Hasta el siglo XVIII, la trepanación era un método utilizado para liberar a los espíritus malignos de la mente humana, se perforaba un agujero en la parte superior de la cabeza y así se permitía que el demonio escapara. La trepanación también se empleaba para dolencias menos inusuales que la disipación de demonios, como la extracción de fragmentos de huesos rotos de heridas en la cabeza.
De hecho, la trepanación se usa ocasionalmente hoy en día para aliviar la presión en el cerebro tras los hematomas, pero se realiza en entornos muy diferentes a los de hace siglos.
Vacunas contra la viruela
La vacuna contra la viruela fue la primera vacuna que se desarrolló con éxito, y proporcionó una defensa contra la que fue una de las enfermedades más mortíferas y contagiosas jamás vistas. El lugar de la vacuna tendía a formar una costra que, tras caerse, dejaba una cicatriz que mostraba el lugar donde el paciente fue inmunizado. Se convirtió en una especie de rito de paso para toda una generación de estadounidenses, y la adopción de la vacuna de Edward Jenner fue responsable de la posterior erradicación de la enfermedad.
Las leyes de vacunación obligatoria contra la viruela se extendieron por toda Europa en la década de 1870, pero en Estados Unidos dejó que los estados tomarán la decisión de que las vacunas fueran obligatorias o no.
Tratamiento con mercurio para la sífilis
En 1495 se produjo el primer gran brote de sífilis en Europa. En aquella época, se creía que la enfermedad había sido traída desde el Nuevo Mundo tras el viaje pionero de Cristóbal Colón. La sífilis pasó a conocerse como “la gran viruela” (para diferenciarla de la viruela), y era una enfermedad tan devastadora que encontrar una cura se convirtió en una prioridad. El mercurio se aplicaba al paciente de diversas maneras: frotado directamente en la piel, tomado por vía oral o vaporizado e inhalado.
La exposición al mercurio aumentaba la salivación y la sudoración, lo que se pensaba que ayudaba a curar la enfermedad. Desgraciadamente, tenía efectos tóxicos, que llevaban a la pérdida de dientes debido a la degradación de las encías. ¡Amén de la penicilina!
Enema de humo de tabaco para numerosas dolencias
Teniendo en cuenta lo que sabemos hoy en día sobre el humo del tabaco, es increíble conocer que los enemas de humo de tabaco eran un tratamiento médico habitual desde finales del siglo XVII. El humo mediante un dispositivo similar a un fuelle. Se consideraba que este procedimiento curaba varias dolencias, como los trastornos intestinales, el dolor de hernia, el cólera, e incluso se utilizaba como respiración de emergencia para las víctimas de ahogamiento.
No fue hasta el siglo XIX que los enemas de humo de tabaco se consideraron como un tratamiento legítimo. Para entonces, la nicotina había sido declarada un veneno capaz de tener un efecto adverso en el sistema circulatorio.